La consigues en la calle al caminar, su olor te asalta antes de que puedas verla, ha sido objeto de confrontación entre autoridades municipales, e incluso nacionales, siendo mencionada en cadenas presidenciales. La basura se ha convertido en presencia permanente, hasta mimetizarse con el paisaje cotidiano; nos hemos acostumbrado a la degradación de nuestra calidad de vida.
Las ciudades son grandes generadoras de basura, pero urbes mucho más grandes que Caracas han logrado disponer eficientemente de sus desechos. Esto empieza por superar la concepción artesanal y asumir la complejidad, no se trata de “recoger basura” sino de enfrentar, desde un enfoque metropolitano sistémico, el manejo integral y sustentable de los desechos, pasar de la cultura del botadero a la del reciclaje.
Los tiempos de La Bonanza y de Las Mayas, tal como las conocemos, han terminado. Esta crisis evidencia el colapso del ordenamiento caraqueño y es necesario combinar un cambio de políticas públicas con un cambio cultural. No basta con medidas efectistas, se necesita un plan de ordenamiento metropolitano construido en diálogo entre las distintas municipalidades, con la presencia del sector privado y de puertas abiertas a la ciudadanía.
Se requiere una masiva inversión pública en infraestructura, para generar una red de recolección diferenciada, procesar separadamente los desechos, construir plantas modernas de tratamiento, de reciclaje, etc. Simultáneamente se necesita una política comunicacional que genere una nueva cultura ciudadana del reciclaje, desde el hogar hasta la calle, un modelo de manejo eficiente de los desechos.
Debemos sacar la basura del conflicto, ya que esta solución integral requiere de un diálogo plural. No podemos permitir que la basura se eternice como parte del paisaje caraqueño.
[Artículo publicado en "Caracas es el reto"]
Comentarios