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El reto de la participación ciudadana para la democracia social


El concepto mismo de democracia implica mecanismos de participación en la construcción del poder, la definición del ciudadano está atada a la participación activa en la construcción de lo público. Igualmente, la noción de República se encuentra vinculada con una ciudadanía que construye con su acción voluntaria, con el ejercicio de su libertad, aquello que es común, nuevamente, lo público.

En Venezuela, en la Constitución de 1999 se hace especial énfasis en la noción de democracia participativa. Se han desarrollado diversos mecanismos e instituciones para crear y fortalecer nuevos espacios de participación. Pero en la política venezolana actual se confrontan históricamente dos proyectos políticos y sociales, cada uno de los cuales tiene una interpretación distinta de las características de la participación ciudadana y de la relación que se ha de establecer entre los nuevos mecanismos y la institucionalidad política que el país ha venido construyendo desde su conformación como sociedad.

De un lado tenemos un proyecto autoritario que pretende construir una hegemonía cuyo escenario final es el control total de todos los resortes y redes de la sociedad, lo que lo define como un proyecto totalitario. El chavismo en el poder expresa este nuevo totalitarismo, ha venido construyendo una institucionalidad cada día más autoritaria y concibe los mecanismos participativos creados, especialmente los Consejos Comunales y, a futuro, las comunas, con dos objetivos claros, primero, la destrucción del denominado “Estado burgués”, de las redes autónomas de la sociedad, de todos los órganos autónomos de intermediación social y política y, en segundo y último lugar, como mecanismos control y sumisión de la sociedad a los mecanismos centralizados y autoritarios del poder personal y personalista del caudillo, único proveedor. Para este proyecto los mecanismos de participación ciudadana son instrumento para atomizar el poder en la base de la sociedad, y concentrarlo en una nueva cúspide personalista.

Frente a esto se encuentra otro proyecto de país, ¿Cuál es la interpretación que, desde aquellos que defendemos la democracia social, le damos a la participación ciudadana? Tenemos un compromiso con la liberación plena de los venezolanos y las venezolanas, esto implica la preservación y el fortalecimiento de la autonomía progresista en todas sus formas y espacios, el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos, una mejor educación, salud, acceso pleno a servicios y un mayor empoderamiento social y personal.

Para los demócratas la participación ciudadana es un mecanismo y un espacio de construcción social de sentido democrático, de acción y empoderamiento social, de deliberación comunitaria. La participación comunitaria ha de ser autónoma, voluntaria y libre para que sea realmente progresista y liberadora.

La preservación de las libertades implica un compromiso con la autonomía de los espacios y mecanismos de participación, que no pueden estar controlados y centralizados en una cúpula ubicada en Miraflores, por ende, la defensa de la verdadera participación ciudadana está atada a la defensa de la descentralización. La preservación de la autonomía social y de las libertades, individuales y sociales está imbricada con el fortalecimiento de los órganos de intermediación política, sean estos las Juntas Parroquiales, los Concejos Municipales, las Alcaldías y Gobernaciones, todos aquellos espacios institucionales que funcionen, por un lado como instrumentos autónomos de poder para la resolución de los problemas locales y, por el otro, como barreras para la construcción de una hegemonía totalitaria.

Son espacios abiertos e integradores, han de articularse organizativamente, fortaleciendo su institucionalidad, creando redes de acción y cooperación social autónomas y plurales, vinculadas con otro tipo de organizaciones, con las asociaciones de vecinos, con las ONGs, etc. El fortalecimiento de los mecanismos de participación ciudadana, en su búsqueda de una mayor calidad de vida para la comunidad, y de mayor autonomía para sus ciudadanos, se mantienen abiertos a la colaboración con los más diversos agentes económicos.

¿Cuál es el escenario de la participación ciudadana para 2010? El presente año se inaugura con una devaluación que será pagada por el pueblo venezolano por medio del aumento en el costo de la vida. A esto debemos agregar la creciente decadencia de los servicios públicos, por falta de mantenimiento e inversión, crisis en la electricidad, apagones diarios, crisis en el acceso al agua, regiones enteras se encuentras secas.

La inseguridad cotidiana, convertida tristemente en paisaje diario de nuestras ciudades y pueblos, refleja una incapacidad gubernamental para siquiera preservar el mínimo orden público. Paradójicamente un gobierno que pretende el control total de la sociedad, la destrucción de su autonomía, no dedica ningún esfuerzo real, más allá de epilépticos gestos retóricos, a brindar seguridad para las comunidades, llegando incluso a desarmar policías municipales y regionales que no controlan directamente.

La política económica del gobierno, enfocada en la destrucción de la producción privada, en la desaparición del empleo autónomo, trae consigo nuevos escenarios de conflictos sociales en las comunidades. El gobierno probablemente responderá con más represión, con un aumento en el uso de la violencia política para tratar de sofocar el mar de fondo de las luchas democráticas por la libertad.

Por esta razón se comprende que aquello que perjudica integralmente la vida de nuestras comunidades deriva, finalmente, del desarrollo del proyecto totalitario. Es aquí donde acción social comunitaria y acción política se encuentran frente a un reto común: responder al autoritarismo con democracia, responder a una acción social que busca sumisión y control con una acción social liberadora y empoderadora.

Si queremos revertir el atraso, detener la decadencia, detener la imposición de una hegemonía totalitaria, la acción política se habrá de enfocar en cambiar la correlación de fuerzas en el que debe ser el escenario central de la participación ciudadana, la Asamblea Nacional.

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