Inseguridad cotidiana, degradación del espacio público, falta de alumbrado, escasez de agua, apagones, confiscación arbitraria y despótica, aumento en los precios. Este paisaje ha transformado la conciencia caraqueña, haciendo del cambio político y social una necesidad vital.
El fracaso del modelo autoritario y centralizador ha sido estrepitoso en Caracas. El ser sede de los poderes públicos nacionales ha caído como maldición en la vida de nuestro paisaje urbano, la conflictividad política y la indolencia del gobierno central se han afincado sobre la capital.
En una década Bernal en la Alcaldía de Libertador, Barreto en la Metropolitana, y ahora Jorge Rodríguez, han ejercido sus cargos electos más preocupados por complacer al gobierno central que por hacer de Caracas una ciudad hospitalaria. La imposición centralizadora de Jacqueline Farías como “autoridad única”, reafirma que las autoridades metropolitanas están centradas en complacer los caprichos de Miraflores y no las necesidades populares.
Ahora bien, la Asamblea Nacional tiene tres funciones, primero, legislar; segundo, ser foro político, y tercero, controlar al Gobierno. En 2000 y 2005 el pueblo de Caracas eligió diputados. ¿Qué han hecho por el bien de Caracas? ¿Qué legislación han aprobado efectivamente para mejorar la calidad de vida de los caraqueños? ¿Quién controla efectivamente la actividad de gobiernos como el de Jacqueline Farías o el de Jorge Rodríguez? ¿Qué gran debate sobre la vida del caraqueño ha encontrado en esta Asamblea Nacional un espacio fructífero y diverso?
Esta Asamblea Nacional no ha funcionado para la capital. Por eso es que el cambio político que Caracas espera se inicia con las elecciones del 26 de septiembre. Los caraqueños hemos decidido cambiar, sin violencia, usando nuestro voto para abrirle paso a una ciudad abierta, progresista, hospitalaria, esta decisión se expresará en la conformación de una fracción democrática caraqueña en la Asamblea Nacional. Con acuerdos unitarios y derrotando la abstención un horizonte de esperanza se presenta en el futuro de nuestra capital, para que podamos volver a nombrarla orgullosos “la sucursal del cielo”.
[Artículo publicado originalmente en "Caracas es el reto" en StalinGonzalez.com]
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