Entre el 23 de enero y el momento actual, 19 de mayo de 2009, he dejado abandonado Devenires y Pensares, prácticamente cuatro meses de inactividad, imperdonable. Diversas iniciativas truncadas de artículos han quedado en el tintero, o debería decir, en los archivos de la computadora. Eso se debe a una secuencia de razones concatenadas, empezando, mi mala maña de dedicarme a perfeccionar los textos, a repensarlos, a darles vuelta una y otra vez, una inconformidad permanente con lo escrito. No puedo dejar de mencionar ciertos dilatados textos sobre los que he tenido que enfocar mi atención, no destinados para la blogósfera sino para el mundo político organizativo, ideológicos, y para la reflexión académica, incluyendo avances en mi tesis de Maestría (que espero terminar estos próximos meses) y un artículo sobre la política exterior venezolana luego de la muerte de Gómez.
Pero, a esto hemos de agregar obligatoriamente el clima de reiterada urgencia en que estamos viviendo en Venezuela, porque de dichas urgencias se alimentaron los textos, y en medio de estas carreras perdieron vigencia con mucha rapidez, por lo que a un comienzo no seguía una culminación, sino un nuevo comienzo.
Digo urgencia porque en Venezuela no parece existir tiempo para meditar en torno a lo escrito. Paso a relatar paso a paso los intentos:
(1) Mientras intentaba escribir un análisis sobre los resultados del referéndum del 15 de febrero, que sepultó el principio del gobierno alternativo en nuestro país, partiendo del hecho cierto de la derrota, pero reconociendo que superamos el techo de cristal de los cinco millones de votos, ratificando que representamos legítimamente a media Venezuela, lo que el gobierno no podría sanamente ignorar…
(2) tuve que ceder el paso a una reflexión sobre la persecución gubernamental desatada sobre las autoridades ejecutivas, de oposición, electas popularmente el 23 de noviembre de 2008…
(3) incluyendo el asalto contra la Alcaldía Metropolitana, que es un atropello contra de la voluntad de la mayoría de los caraqueños, lo que no pude finalizar porque…
(4) el atropello se ensañó, a través de la manipulación del sistema de ¿justicia?, contra Manuel Rosales, no sólo Alcalde, electo popularmente, de Maracaibo, sino el principal líder de Un Nuevo Tiempo, y ex candidato presidencial de las fuerzas democráticas en 2006, para intentar someterlo a un juicio amañado que ya tenía sentencia previa, obligándolo a salir del país. El caso de Manuel Rosales me toca personalmente, no sólo porque cuenta con mi admiración y respeto, al ser testigo de las batallas que ha venido dando por nuestra democracia, sino porque me une una relación de trabajo conjunto, ya que he estado trabajando, humilde y orgullosamente, con su equipo en la construcción de una visión alternativa y progresista para Venezuela, que nos permita recuperar plenamente el ejercicio de nuestras libertades democráticas. Por ende, este respeto personal se articula con el agradecimiento que le debemos al gobierno peruano al haberle otorgado el asilo político a este bregador por la democracia en Venezuela. Intentando desarrollar estas reflexiones, nos tocó responder a…
(5) la campaña política sistemática desatada por el gobierno contra la propiedad privada de los medios de producción; esta iniciativa va desnudando con crudeza la intencionalidad de toda la política gubernamental, la construcción de un sistema totalitario de control y sumisión, que transita entre el fascismo y el comunismo, ambos experimentos fracasados mundialmente en el siglo XX. A esta política de destrucción sistemática se unen ahora…
(6) las nuevas iniciativas desatadas por el gobierno contra Globovisión y contra la existencia de cualquier tipo de fuentes independientes de información y comunicación, sin medios independientes, sin libre flujo de información, sin transparencia no hay libertad de expresión ni democracia,…
(7) a lo que hemos de agregar la expulsión del Ateneo de Caracas de las instalaciones que había venido usando desde hace décadas, uno de los pocos espacios plurales que se sostenían en el centro de Caracas, lo que refleja una política de cerco cultural del Estado venezolano,
(8) finalizando con la defensa que hemos de hacer de una Universidad libre y autónoma, frente a los intentos de asfixia presupuestaria del gobierno nacional, quien nos muestra que aquello que no puede controlar se dispone a destruirlo.
Al unificar esta lista, una seguidilla de iniciativas truncadas, lo que se evidencia, en medio de la urgencia, es la característica del régimen al que nos estamos enfrentando. Estamos en tránsito de un sistema político neoautoritario, más al estilo de Putin en Rusia o del gobierno bielorruso, a un modelo con rasgos crecientemente totalitarios.
Por ende, si las pretensiones hegemónicas del gobierno se desarrollan hasta su fin último, nos dirigimos a la construcción de un sistema neototalitario. El objetivo fundamental es alcanzar el control total y absoluto de todo el funcionamiento de la sociedad.
La construcción de este control empieza por la destrucción institucional del Estado, convertido en una correa de transmisión de la voluntad omnímoda del personalismo militarista, sin Estado de Derecho ni régimen de garantías legales ni sistema judicial independiente. Pasa por la centralización total, destruyendo todos los órganos intermedios de ejercicio del poder, acabando con Alcaldías y Gobernaciones.
Pero no se detiene allí, sino que transita por la destrucción de las redes que forman el tejido de la sociedad y permiten la efectiva autonomía ciudadana, es aquí donde adquiere un nuevo sentido la proclamada “colectivización” de los “medios de producción”, ya que esto ha derivado siempre la estatización tanto de la producción como de la comercialización, acercándonos a un esquema comunista, como aquellos fracasos históricos del siglo XX. Una vez que no exista el trabajo independiente, ni la apropiación privada de la ganancia, ni las redes de comercialización y distribución privada, en ese momento se extingue la autonomía del individuo en la sociedad, alimentados todos por una única fuente, sometidos todos a una sola luz. El último paso es la intervención de la cotidianidad, la extinción definitiva de la individualidad. Esto es lo que debemos detener, apelando a los valores democráticos que Venezuela ha construido históricamente.
Finalmente, estoy retomando Devenires y Pensares, bajo una dinámica distinta, en la que privilegiaré las reflexiones libres, un poco menos pensadas, menos sistematizadas, pero más frecuentes. Estas reflexiones son libres en dos sentidos, primero, libres de muchas convenciones académicas, y segundo, más importante aún, que parten de la defensa militante de la libertad y la autonomía humana.
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