El futuro de España se decide a cuatro voces Siendo venezolano tengo un especial cariño por España, por su pueblo, por su proceso histórico y por su democracia. Ese afecto no es nuevo. Los lejanos orígenes canarios de mi familia no pesaron mucho en mi crianza pero el impacto de la cultura española no me fue ajeno. En mi casa se hablaba con simpatía de la recientemente estrenada democracia española y de su Presidente Felipe González. Al entrar en mi adolescencia compartí con hijos y nietos de migrantes españoles, quienes con sus gustos contribuyeron a moldear los míos. Al estudiar historia en la Universidad desarrollé gran interés por la experiencia de la Segunda República Española y la tragedia de la Guerra Civil. Con mis compañeros, futuros historiadores, tuve abundantes discusiones sobre el proceso histórico español. Leíamos con fruición obras clave sobre su historia, con la convicción de que no se puede comprender por completo el devenir de América Latina y de Venezuela sin
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