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Tan lejos y tan cerca: nosotros ante la Agenda Global 2015

Uno de los aspectos más negativos del balance que podemos hacer del proceso de transformación política que Venezuela ha vivido los últimos quince años es que, más allá de la retórica rimbombante y de las loas ocasionales de algunos románticos, nos hemos venido quedando atrás respecto a las grandes corrientes mundiales de cambio tecnológico, económico, político, social y cultural.

El público debate político e ideológico, siempre necesario, presenta en Venezuela una regresión con rasgos anacrónicos. Soy defensor de la necesidad de discutir alta política, incluso de debatir en términos ideológicos, filosóficos y de valores la dirección que queremos darle al proyecto histórico venezolano, pero siempre insertos dentro de un debate global, humano, que se está dando actualmente.

No demonizo el empleo de términos como “socialismo” o “revolución”, aunque soy profundamente crítico de su uso dogmático y anacrónico. El dogmatismo del siglo XXI es incapaz de entender los cambios en las condiciones objetivas y subjetivas que han venido alterando el mapa conceptual y tecnológico que nos permite darle forma al futuro, tiene más vinculación con el reaccionario fundamentalismo religioso que con un acercamiento moderno al cambio social y político. No se puede hablar de socialismo en el siglo XXI sin tener un acercamiento crítico a las terribles experiencias de los experimentos totalitarios en el siglo XX, y no se puede hablar de “Revolución” sin comprender los cambios que dicho concepto ha tenido desde fines del siglo XVIII.

En Venezuela hemos necesitado volver a lo básico, hemos tenido que defender los derechos individuales, las libertades civiles fundamentales, el proyecto republicano y democrático ante la arremetida autoritaria, la separación y equilibrio de Poderes ante el nuevo discurso despótico. Este retorno a debates superados en otras latitudes no nos ha permitido prestar la debida atención pública a los términos de un debate mundial sobre la crisis de un modelo civilizatorio, sobre las transformaciones que en la humanidad se derivan de trascendentales innovaciones tecnológicas que están modificando nuestra relación con la naturaleza y entre nosotros, en los límites éticos de la acción humana, en fin, el debate sobre el futuro de la humanidad.

Lo que sucede en Venezuela efectivamente no está aislado de los cambios mundiales, como veremos más adelante, sino que es expresión concreta de los mismos, pero el mapa conceptual desde el que nos estamos acercando en el debate público nos está haciendo difícil comprender, hacer comprender, y transformar nuestra realidad. De aquí la necesidad, para comprendernos, de colocar nuestra mirada en el horizonte, de revisar los términos del debate mundial, de acercarnos a lo que se está discutiendo hoy como Humanidad.

El Informe de expertos nos abre una venta... miremos
En el marco de este interés por reconectar el debate venezolano con el debate global llegó en noviembre a mis manos un documento que me parece de trascendental relevancia. Revisé con interés el Informe del Foro Económico Mundial presentado en Dubái. Un informe sobre la Agenda Global 2015 donde expertos reflexionan sobre diez tendencias globales que perciben como retos que estamos enfrentando, y tendremos que enfrentar en un futuro, como humanidad.

En este artículo especial hago un ejercicio de reflexión sobre cada una de ellas más allá del acontecimiento, del día a día, intentando comprender el devenir de la Venezuela actual en correlación con estas tendencias globales. El diálogo entre lo global y lo particular, nacional, y entre el acontecimiento que nos abruma, la coyuntura que nos posiciona, y el largo plazo que nos ubica en el horizonte humano, nos será tremendamente útil para las luchas que estamos dando y que seguiremos dando en un futuro.

Las diez tendencias globales, para los próximos doce a dieciocho meses, donde estos expertos colocan su interés, pueden agruparse en cinco grandes bloques: primero, en términos específicamente económicos, la profundización de las desigualdades (1) y la persistencia del desempleo (2); segundo, en términos políticos la crisis del liderazgo (3) y el debilitamiento de la democracia representativa (5); tercero, en lo que se refiere a los nuevos desequilibrios mundiales de poder, el ascenso de la competencia geoestratégica (4) y la intensificación de los nacionalismos (8); cuarto, en lo que se refiere al impacto del cambio climático, el aumento de la polución en el mundo en desarrollo (6), la creciente posibilidad de ocurrencia de catástrofes climáticas (7) y el incremento del denominado stress hídrico, la crisis por el escaso acceso al agua (9); finalmente, en quinto lugar, la creciente importancia de la salud en la economía (10) que deriva, en gran parte, de cambios demográficos cada vez más globales.

Una economía mundial que crece desigualmente sin generar empleo suficiente


La economía mundial crece moderada y desigualmente, sin mostrar dinamismo en la creación de empleo, única forma en que la gente puede salir estructuralmente de la pobreza, generando autonomía real. Cuando señalamos el carácter desigual de la recuperación económica no solo hablamos del contraste entre la recuperación de Estados Unidos y el estancamiento europeo sino también que la brecha existente dentro de las sociedades parecen estarse ampliando. La economía crece para algunos mientras que se estanca para otros, aunque vivan en la misma ciudad, por lo que veremos en el futuro una civilización más polarizada, menos cohesionada, lo que incrementará muy probablemente la conflictividad social y política.

¿Dónde se incrementará la desigualdad en los próximos 12 a 18 meses?
La profundización de las inequidades en el ingreso y de las desigualdades económicas en general es la primera tendencia global que explora el informe. En los países desarrollados y en vías de desarrollo la mitad más pobre de la población tiene acceso a menos del 10% de la riqueza. Esto está vinculado al tipo de crecimiento de la economía que se está generando luego de iniciada la crisis de 2008. China está en el centro de este problema, por lo que el máximo crecimiento de la desigualdad se está dando justamente en Asia.

El continente más desigual del planeta es el nuestro. América Latina tiene los patrones más inequitativos de repartición de la riqueza y eso es percibido y atacado en el informe. Para enfrentar el problema de las desigualdades en Latinoamérica, el informe hace énfasis en la educación, en los cambios en la política impositiva y una política activa de bienestar social.

Estrechamente vinculada a las desigualdades crecientes la persistencia del desempleo, más allá del crecimiento de la economía, es la segunda tendencia global identificada para 2015. A pesar de que la economía mundial se ha recuperado de la crisis global que se inició en 2008 este crecimiento no se ha trasladado a la misma velocidad a la generación de empleo. Eso quiere decir que el crecimiento está siendo absorbido con menor cantidad de trabajo, bien por razones tecnológicas de productividad, bien por razones de absorción desigual de la riqueza.

Evolución proyectada del desempleo y el crecimiento económico
La pérdida de oportunidades de empleo también es un problema importante en América Latina. Las tres principales soluciones para enfrentar este problema en la región son, de acuerdo al informe, proveer educación, promover la innovación y crear empleo.

El derrumbe de la economía venezolana, certificada oficialmente en recesión para el último trimestre de 2014, ha tenido que tener un efecto negativo tanto en las desigualdades como en lo que se refiere a la generación de empleo de calidad. A pesar de que la retórica oficial, generalmente empleando cifras manipuladas, había hecho énfasis en la reducción de la desigualdad durante el período de altos ingresos petroleros, la realidad actual nos muestra un conjunto de desigualdades estructurales, derivadas de la implantación de un modelo económico caracterizado por controles arbitrarios con gran discrecionalidad de los funcionarios.

El modelo venezolano acumula un gran conjunto de distorsiones en la economía, otorgando un gran poder a burócratas y funcionarios gubernamentales que controlan el acceso a amplios recursos de manera discrecional. Así, una pequeña elite tiene acceso a divisas preferenciales, a recursos públicos ilimitados, a los que la mayoría no puede acceder, mezclando el desigual acceso al poder político con la posibilidad de enriquecimiento económico particular. Una economía con precios dolarizados, un bolívar devaluado y una alta inflación que supera el 60% (oficial), pero con salarios que pierden valor cada día, acumula desigualdad entre los que tienen acceso a divisas, a través del acceso al poder, y quienes no lo tienen.

Esta opacidad también se expresa en las cifras del desempleo. Aunque el INE señaló que en diciembre de 2014 el desempleo alcanzaba al 6,4% siendo un 40,3% en la economía informal, sombras de duda se extienden sobre estas cifras. El cierre masivo de empresas industriales, la escasez en la inversión productiva, la caída del Producto Interno Bruto, el ambiente hostil para el emprendimiento económico, para hacer negocios, no se corresponden al escenario idílico que pretende mostrar el gobierno en cuanto a sus cifras de desempleo. La persistencia, año tras año, del decreto de inamovilidad laboral, para impedir los despidos, tornando más rígido el mercado laboral, lo que inhibe la creación de empleo, es síntoma de un grave problema en la sostenibilidad del empleo en Venezuela.

El aparato económico venezolano, en contra de lo que señala el gobierno, potencia las desigualdades aumentando la dependencia e inhibe la creación de empleo decente, de empleo productivo, al inhibir la inversión. Nada en 2015 parece señalar que estas tendencias se reviertan, de hecho, la continuidad en las políticas rígidas de controles discrecionales agudizará la recesión durante este año que se inicia.



Frustración democrática y crisis del liderazgo


La crisis de la política democrática, diagnosticada cuando se habla de la crisis del liderazgo y del debilitamiento de la democracia representativa, está vinculada con las presiones a las que está siendo sometido el Estado Nacional moderno por una economía cuyo flujo es global.

Nunca la política democrática estuvo más extendida universalmente, aunque la creciente presencia de regímenes híbridos nos señale sus limitaciones, pero la frustración respecto a la democracia también se está extendiendo a gran velocidad.

Generalizada crisis del liderazgo
Recordemos que, desde el punto de vista de la historia humana, el experimento democrático, valioso para todos nosotros, es históricamente reciente y frágil. Requiere determinado conjunto de condiciones para que fructifique y se consolide. La ciudad-Estado, la polis, y el Estado Moderno, han sido el escenario territorial, espacial, del ejercicio histórico de la democracia. La disolución de la antigua polis, incluso de la urbe romana, en una expansión territorial mayor, tendió a disolver a las democracias, así como las instituciones republicanas romanas se disolvieron en el Imperio. La disolución de los poderes del Estado frente a los flujos económicos globales, cada vez más poderosos, cada vez menos sometidos a algún tipo de control racional, de voluntad democrática, genera un vértigo al que la democracia no tiene actualmente capacidad de responder.

Se reduce la participación electoral
La elección, democrática, de representantes que parecen tener, cada día, una capacidad efectiva más limitada para modificar el funcionamiento del orden sociopolítico y socioeconómico que viven sus ciudadanos, constituye caldo de cultivo para la frustración, sobretodo en el contexto de crecientes desigualdades. La existencia de poderosos impotentes electos por las urnas genera una pérdida de credibilidad en el sistema. El informe señala que hasta 86% de los encuestados considera que estamos en medio de una crisis de liderazgo en la actualidad.

El debilitamiento de la democracia representativa y de su liderazgo expresa profundamente esta crisis, los indignados en España, las protestas en Estados Unidos, etc., someten a fuertes críticas la efectividad de las instituciones existentes. La respuesta política tarda en llegar, en Estados Unidos la recuperación económica no se ha trasladado a una mayor credibilidad en el liderazgo político, en Europa la victoria de grupos extremistas, de derecha o de izquierda, expresan dicha insatisfacción. Estamos viviendo una crisis de la democracia realmente existente, ¿podremos salvarla? La respuesta queda abierta.

En Venezuela la crisis de liderazgo es también generalizada, pero no estamos viviendo bajo un régimen democrático, sino bajo una forma de autoritarismo que mantiene los rituales de la democracia vaciándolos de sentido y de poder real. En 2014 vimos una rápida devaluación de los liderazgos tanto oficialistas como de las fuerzas democráticas.

El caso venezolano puede ser analizado en el marco de la crisis del paradigma democrático, la decadencia de una democracia representativa, entre 1983 y 1998, derivó en el ascenso de un experimento autoritario con vocación totalitaria entre 1999 y 2014. La crisis de los liderazgos políticos, y de sus instituciones centrales, los partidos, los sindicatos, etc., sigue siendo parte del contexto venezolano para 2015.

Para 2015 el proyecto nacional republicano democrático venezolano seguirá enfrentando la arremetida autoritaria, y las elecciones parlamentarias serán un momento de definiciones para el futuro.

Desequilibrios del poder global: competencia geoestratégica y nacionalismos


La creciente competencia geoestratégica es otra de las tendencias que estarán presentes en 2015, efectivamente, la geografía sigue siendo importante. Hubo quienes hablaron del fin de la geografía con lo desaparición del espacio que implicaba el desarrollo de las nuevas tecnologías de información y comunicación, pero estamos viviendo un retorno del referente espacial cuando percibimos una nueva geoeconomía y una nueva geopolítica. No estamos viendo la disolución del espacio, la desaparición del paisaje, sino su relocalización vinculada a los cambios en la administración tecnológica de los tiempos.

Geoeconómicamente el cambio parece evidente. Así como en el siglo XVI la economía se movió del Mediterráneo al Atlántico en el siglo XXI estamos presenciado rápidamente la emergencia del Pacífico. El tráfico comercial se ha mudado al Océano Pacífico, colocando en el nodo de los flujos mundiales no solo a economías como las de China e India sino también Australia, Indonesia y países latinoamericanos como Chile, Perú, Colombia y regiones como California, todas vinculadas a la economía del Pacífico. Estos cambios en el mapa del poder económico también tienen impacto en la distribución del poder político, la competencia por África entre China y Estados Unidos, el control sobre Asia Central y Europa Oriental, como áreas de influencia de Rusia, los acercamientos entre rusos y chinos. La realpolitik y la geopolítica vuelven a estar a la orden del día.

La creciente emergencia del nacionalismo, tan presente en Europa, puede ser vista como una reacción defensiva frente a los vertiginosos cambios económicos, sociales, culturales y políticos que afectan a las comunidades. La incertidumbre creciente frente a los cambios, el debilitamiento de la capacidad efectiva de los Estados, propician la aparición de reacciones nacionalistas, que buscan recrear una ensoñación homogénea de la comunidad perdida. Esta tentación es peligrosa, en ella puede encontrarse la semilla de nuevos conflictos sociales, de la intolerancia y el totalitarismo.

Para enfrentar el ascenso de los conflictos geoestratégicos el informe señala que se debe avanzar en el desarrollo de capacidades de negociación y entendimiento, fortalecer estructuras de gobernanza, desarrollar una política exterior pro-cooperación, resolver conflictos y tensiones y fortalecer las organizaciones multilaterales. Ante la intensificación del nacionalismo, en América Latina el informe recomienda fortalecer los mecanismos e instituciones de asociación y cooperación, mantenernos informados y alertas, fortaleciendo la educación para la ciudadanía.

El descenso de Venezuela en el escenario global
El lugar de Venezuela en este escenario de transformaciones geopolíticas se encuentra en rápido descenso. Tras quince años de retórica rimbombante contra Estados Unidos, luego de emplear el recurso petrolero como herramienta de presión geopolítica para diseñar una red de alianzas que se extendía desde Petrocaribe hasta el Cono Sur, luego de haber intentado construir nuevas relaciones con Cuba, China, Rusia, Bielorrusia, la política exterior venezolana muestra señales de debilidad para 2015.

Una petrodiplomacia temeraria que dependía del alto valor del barril petrolero se debilita en un contexto de bajos precios como el que se abre durante el año 2015. Esta caída de los ingresos, la  crisis económica, el aislamiento del flujo de inversiones, implica una pérdida de la importancia geopolítica de Venezuela en el contexto latinoamericano y mundial.

El cambio climático y la acción humana


Del Asia se espera el máximo crecimiento de la polución en 2015
Tres de las tendencias analizadas para 2015 están vinculadas con el cambio climático y con el impacto de la acción sobre la naturaleza. Primero, el gran incremento de la polución en el mundo en desarrollo, Asia encabeza hoy la lista con un crecimiento de 37% en la contaminación generada en los próximos 12 a 18 meses. El crecimiento económico de China ha tenido un alto impacto ambiental, y aunque este se puede reducir en un próximo futuro, la expansión de las economías del sur asiático dejará una importante huella ecológica.

La ocurrencia de eventos climáticos cada día afecta a más personas
Por otro lado el incremento en la ocurrencia de eventos climáticos catastróficos es otra tendencia a la que tendremos que responder durante 2015. La reducción de la vulnerabilidad de nuestras comunidades tiene que ser una política sostenida. En Venezuela el desastre de Vargas en 1999 nos demostró el impacto que estas catástrofes pueden tener sobre la población, la pérdida de vidas, la destrucción de infraestructura, la desaparición de los servicios públicos. Un crecimiento urbano desordenado, que no preste atención a las potenciales vulnerabilidades, puede tener un impacto negativo en el momento de que estos eventos ocurran.

La sed será el signo del futuro para muchos
Veremos en 2015 un incremento de las tensiones por el desigual acceso al agua en varias regiones del mundo. Hay quienes señalan que las guerras del futuro serán por los recursos naturales, teniendo en el acceso a los recursos hídricos el más importante de ellos. Las sociedades del Medio Oriente, del norte de África, de México y El Caribe, de Perú y Chile, de Australia, de Indonesia, pero también España e Italia, serán profundamente afectadas por la escasez de agua.

Venezuela cuenta con unas inmensas reservas de agua potable, nuestras cuencas hidrográficas nos convierten en un territorio privilegiado, pero la falta de mantenimiento en las instalaciones existentes para garantizar la distribución al grueso de la población ubicada en el norte costero, así como la falta de inversiones efectivas para que el servicio se preste eficientemente han venido afectando negativamente a amplias capas de la población. La sequía era previsible, la falta de mantenimiento y de inversiones son responsabilidad gubernamental. Hay regiones completas con déficit hídrico en Venezuela que serán previsiblemente afectadas si el clima sigue seco durante 2015.

El modelo impuesto en Venezuela está lejos de ser ambientalmente sustentable en la práctica, la degradación, por indolencia y falta de planificación, de nuestras cuencas hidrográficas a lo largo de estos quince años ha tenido un impacto negativo en la generación de energía eléctrica y probablemente incrementará el stress hídrico los próximos años en regiones áridas y en zonas densamente pobladas pero alejadas de las fuentes de agua.

La salud y la economía


Para 2015 se espera un aumento de la presión sobre los sistemas públicos de salud en todo el mundo, y la crisis del sistema de salud tendrá un alto impacto en la economía. El Banco Mundial reporta que la mitad del diferencial de desarrollo entre los países deriva de sistemas pobres de salud pública y la baja esperanza de vida.

¿Cuánto estamos gastando en salud?
El informe señala que entre las principales causas de muerte en los países en desarrollo se encuentran algunas derivadas de condiciones no-comunicadas, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias y la diabetes, por ejemplo.

La morbilidad es distinta dependiendo del nivel de ingresos de las comunidades y de las regiones, entre las regiones más pobres predomina el impacto de la malaria, la tuberculosis, el VIH/SIDA, etc. La epidemia de ébola tiene un aparte específico dentro del documento. Las vacunaciones masivas y la puesta en práctica de estrategias preventivas para la población más vulnerable, especialmente para los niños, se convierte en una importante obligación del Estado.

La tecnología médica ha abaratado y facilitado la prevención, la detección y el tratamiento de muchas enfermedades y condiciones crónicas. El desarrollo de historias médicas electrónicas, tratamientos a distancia, la habilidad de compartir data en línea, se mejora el acceso a la salud.

Venezuela: escasez e indolencia
Escasez, indolencia, opacidad y empobrecimiento es el terrible diagnóstico del estado de nuestro sistema público de salud. El sistema en Venezuela sigue en una profunda crisis, apenas se ha construido algún hospital público, se ha reducido la investigación médica y el desarrollo de tecnologías médicas, lo que se vincula al bloqueo cambiario.

El número de camas habilitadas en los centros de salud pasó de 33 mil para 2008 a apenas 24 mil en 2014. La presión humana ha recaído sobre las clínicas privadas como respuesta social a la crisis del sistema público de salud. La crisis de los “Barrio Adentro” ha convertido muchas de estas estructuras en ruinas o en instalaciones dedicadas a otros fines.

La crisis económica y la indolencia gubernamental han convertido la escasez en una de las características más generalizadas de nuestro sistema de salud. La escasez de insumos y materiales médicos ha llegado a 70%, escaseando accesorios de las unidades de laparoscopia, stent coronarios medicados y no medicados, marcapasos, stent carotideos, fallas de guantes quirúrgicos estériles, cepillos quirúrgicos, batas quirúrgicas, cánulas nasales o bigote nasal, máscaras de oxígeno, resucitadores, material de suturas, grapas, materiales y agentes para esterilización, no hay válvulas para hidrocefalia, ni material de bioseguridad.

No se consiguen medicamentos en los anaqueles
La escasez de medicamentos básicos también se ha generalizado, impidiendo el acceso a medicinas claves incluso para tratamiento de condiciones crónicas. Durante 2014 escasearon antibióticos, antihipertensivos, gases para anestesia, propofol, neostigmina, narcan, streptoquinasa, antineoplásicos, antiretrovirales, eutirox, digoxina, fenobarbital, tegretol y hasta la solución fisiológica y los analgésicos por vía oral.

Por último, la respuesta gubernamental a las epidemias que vivimos en 2014, como lo son la de malaria, la de dengue y la de chinkungunya, ha sido ocultar las cifras y perseguir a los denunciantes. Hay vidas de venezolanos que se han perdido por falta de atención médica oportuna en nuestro país. La crisis económica que se avizora para 2015, y la continuidad de políticas gubernamentales indolentes en materia de salud, ofrecen un escenario de mayor retroceso para el año que apenas comienza. Niños, ancianos, población con condiciones y enfermedades crónicas, la población empobrecida, constituyen los sectores más vulnerables ante esta crisis.

Atisbando el horizonte lejano ¿y Venezuela?


Nanotecnología: una revolución futura
Hay un interesante capítulo dedicado a una prospectiva de los posibles temas futuros, tanteando el horizonte lejano, como me gusta entenderlo. Acá el Informe vuela alto, como temas emergentes, menciona la biología sintética, la interacción cerebro-computadoras, la minería en aguas profundas, la emergencia del poder nuclear y la evolución de la política monetaria, donde señala que se avecina una nueva era para los bancos centrales.

En "mapeando" el futuro se dedica atención al futuro del trabajo, al de la educación y al futuro de internet. Respecto a la educación señala el impacto futuro de la tecnología en los procesos educativos, mencionando la importancia que tendrán de los masivos cursos abiertos on line (MOOOCs), el impacto de una mayor globalización en la educación, la unificación de los estándares como un problema de gobernanza, etc.

Venezuela luce alejada de todas estas transformaciones científico-tecnológicas. No solo hablamos de la destrucción de instituciones científicas de investigación tecnológica, como es el caso de INTEVEP y del IVIC, sino también de la inmensa fuga de cerebros que la destrucción de las oportunidades de desarrollo ha traído.

Un gigantesco contingente de recursos humanos venezolanos, con formación doctoral, con conocimientos, capacidades y habilidades para colocar a Venezuela en la vanguardia regional en ciencia y tecnología, ha terminado fuera del país, desarrollando sus investigaciones, su carrera, en otras latitudes. La pérdida para Venezuela es inconmensurable.

En el mismo sentido, la hostilidad del gobierno nacional contra las Universidades autónomas, nodos de generación de conocimiento, se ha expresado en la reducción progresiva de su presupuesto, en el cerco económico y político que se ha tendido a su alrededor, en un escenario de alta inflación y con una moneda devaluada, lo que ha implicado la desaparición de líneas de investigación, de becas, de actualización tecnológica y de intercambio de conocimiento.

El régimen ha creado un entorno hostil para el desarrollo científico y tecnológico, destruyendo las oportunidades de crecimiento para los profesionales, desestimulando cualquier forma de inversión en I+D, con un régimen cambiario que bloquea el acceso a tecnología y al conocimiento, alejando a Venezuela del cambio tecnológico que se desarrolla en el mundo.

Aislados y en retroceso


Recomendaciones regionales
El informe sobre la Agenda Global 2015 evidencia el aislamiento en que yace Venezuela, el retroceso que estamos viviendo cada día, pero también nos señala un camino de lucha, nos obliga a mirar el horizonte, nos da energías para acometer las transformaciones que nuestro país exige.

En el Informe hay un apéndice dedicado a los más importantes temas regionales. Sobre América Latina se hace énfasis en la atención a los problemas de corrupción, al de la educación, a la necesidad de invertir en habilidades y destrezas para el desarrollo y de asumir políticas específicas para responder al incremento de las desigualdades.

Ante todos estos temas latinoamericanos la posición de Venezuela es de alta vulnerabilidad, nos estamos quedando atrás, más allá de la retórica oficial, de su opacidad y de sus cifras manipuladas. El modelo promueve la corrupción, crea nuevas desigualdades, excluye a niños de la educación, y no invierte efectivamente en políticas que generen capacidades para el desarrollo.

El viraje que Venezuela necesita para retomar la ruta de la modernidad, para incorporarnos con energía al cambio de la Humanidad, para dar un aporte sustancial a nuestra historia, no es un tema baladí, ni un proceso sencillo, pero la viabilidad de nuestro proyecto nacional republicano a largo plazo se decidirá por nuestra capacidad de insertarnos como agentes en las transformaciones que le darán forma al mundo del futuro.

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